Nos hemos hecho daño
y el tiempo ya no pasa indiferente.
Por qué es tan alto el precio del olvido
no sabemos, y herimos
con una relajada displicencia
aun teniendo muy claro que algún día
alguien recordará el dolor que le causamos,
porque el dolor persiste en la memoria
con una obstinación insobornable,
y es fiel, y es rencoroso, y el perdón no le afecta.
Nos hemos hecho daño.
Y la juventud dorada era de nieve.
Felipe Benítez Reyes. Palabras privadas (Poesía 1979-1987. Hiperión, 1992)
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