La mirada mental

Adentro de un cielo que todo lo torna en movimiento

Se advierte un hombre cuya cabeza es agitada por el sueño

Toma la rapidez misma del sueño y se confunde con el sueño

Saca a relucir sus deseos de aire

Y el aire se solidifica en su pecho.

Ahora sus ojos se inclinan hacia la izquierda hacia la derecha

Los árboles invaden la mitad de su cerebro

Comprende la necesidad de castigar las leyes de la gravedad

Sacude el cielo sacude los edificios sacude los árboles

Retorna a la misma posición

Como si el espacio se identificara con lo que uno debiera ser

Con lo que nos tortura

Con lo que nos precipita a los cielos del atardecer.

Nos sostenemos sólo a virtud de ese sueño obsesionante

Que es la blanca rueda de los deseos

Agitada por el relámpago del tú y el yo

En idénticas condiciones condenado a perpetuo

Al movimiento perpetuo.

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