Nunca sientas piedad por lo que has sido,
pues la piedad es demasiado efímera:
no da tiempo a construir nada sobre ella.
De noche, en un pequeño aeropuerto,
ves un avión que está elevándose.
Se va perdiendo la señal.
Y tú estás convencido de vivir
unos años que, aun sin esperanzas,
son ya los más felices de tu vida.
Hay otra poesía, la habrá siempre,
como hay otra música.
La de Beethoven sordo.
Cuando se pierde la señal.
Joan Margarit (Se pierde la señal. Visor, 2012)
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Beethoven / Claro de luna