Ni te tuve, ni he de tenerte
nunca. Unas vagas palabras, un contacto
como anteayer en el bar, y nada más.
Sí, aunque no quiero decirlo, dolor. Nosotros al Arte
entregamos nuestro espíritu, y ciertamente alguna
vez, casi creamos un placer
que parece como si fuese real.
Así en el bar anteayer -con la ayuda feliz
de un alcoholismo muy piadoso-
gocé media hora de pleno erotismo.
Y lo supiste, me parece,
y por ello te quedaste un rato más solo para mí.
Tenía mucha necesidad de ello. Que
aquella fantasía, y aquella mágica bebida,
me permitieran ver tus labios,
me permitieran sentir tu cuerpo cerca de mí.
Konstantino Kavafis: Media hora
(Poesías completas. Traducción de José Mª Álvarez. Ed. Hiperión, 1981)
— — — — — — —
Deja tu comentario