Tal día como hoy, en 1324, unas monjitas de clausura crean un postre consistente en lanzar un cerdo desde el campanario del convento y aderezar sus restos con azúcar, en lo que terminará conociéndose como el tocino de cielo.
Tal día como hoy, en 1324, unas monjitas de clausura crean un postre consistente en lanzar un cerdo desde el campanario del convento y aderezar sus restos con azúcar, en lo que terminará conociéndose como el tocino de cielo.