Tal día como hoy, en 1989, expertos joyeros comparan una sortija de bisutería con una de brillantes y constatan que la segunda es capaz de reflejar lo que se siente al verla, confirmando así que “la cara es el espejo del alma”.
Tal día como hoy, en 1989, expertos joyeros comparan una sortija de bisutería con una de brillantes y constatan que la segunda es capaz de reflejar lo que se siente al verla, confirmando así que “la cara es el espejo del alma”.
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