Tal día como hoy, en 32, Jesús le ruega a Dios que no le permita caer en la tentación de irse de juerga por los bares de la Tacita de Plata, en lo que terminará conociéndose como la célebre súplica: “Padre, aparta de mí este Cádiz”.
Tal día como hoy, en 32, Jesús le ruega a Dios que no le permita caer en la tentación de irse de juerga por los bares de la Tacita de Plata, en lo que terminará conociéndose como la célebre súplica: “Padre, aparta de mí este Cádiz”.