No soy muy dado a hacer crítica cinematográfica, pero he visto una película británica de 2019 que me ha impactado tanto por su temática como por el buen trabajo de sus actores. Se trata de ‘Secretos de Estado’ (Official Secrets), dirigida por Gavin Hood y protagonizada, entre otros, por Keira Knightley, Ralfph Fiennes y Matt Smith, que fue el joven marido de la reina de Inglaterra en ‘The Crown’ y ahora se enfrenta a la Corona con la información que publica como periodista. Esa versatilidad de los buenos actores.
La historia, basada en unos hechos reales que confieso que desconocía, transcurre en 2003. Los altos mandatarios británicos y estadounidenses estaban maniobrando para invadir Irak cuando una traductora del GCHQ (el cuartel general de Comunicaciones del Gobierno británico) filtra un email clasificado que urge a espiar y presionar a miembros del Consejo de Seguridad de la ONU a fin de forzar una resolución que les abra camino para ir a la guerra. La traductora es Katharine Gun, muy bien interpretada por Keira Knightley, que sostiene la trama con una tensión totalmente creíble.
Pero más allá del guión, el poso que me ha dejado esta película es el de seguir creyendo en el buen periodismo –no en el de tantos lameculos que vemos y leemos a diario- y en el increíble trabajo de investigación que se puede llegar a hacer en colaboración con unos buenos abogados. Destaco aquí el papel de Ralph Fiennes encarnando al letrado Ben Emmerson, un hombre al que le gustan los casos difíciles relacionados con los derechos humanos. En este en concreto, el de una ciudadana que viola la ley de secretos oficiales para evitar las miles de muertes de civiles que supondrá la invasión de Irak. Y no sé si en paralelo, o como moraleja, la película transmite con bastante acierto esos insobornables principios por los que se sostiene un amor o se rompe una amistad. Sin ánimo de hacer spoiler, la escena final del lago resume perfectamente esto que digo. Os invito a verla. Y admito críticas a mi crítica, como novato que soy en estas lides.